domingo, octubre 29, 2006

Verosimilitud

Empiezo a tener comentarios en mi blog. Algunos se identifican, otros pasan a tientas, sin dejar su comentario, y otros escriben algo desde el anonimato. No tengo nada en contra de eso, yo también escribo desde el más estricto anonimato. Uno de los primeros comentarios que recibo, en respuesta a mi segundo post ("De cómo mi hice puta"), me acusa de estar mintiendo y de ser un hombre. Lo reproduzco aquí:

Qué mentiras!!! Estoy seguro que eres un tio.
Lo de tu primera vez parece sacado de una peli de Holywood.
Azafata muy guapa que va a recoger un famoso borracho o drogado y que cuando ve los billetes se deja follar.
Qué imaginación tio!!! Envia algun guion a Spielberg

Me he puesto a releer el blog hoy, después de la siesta dominical, y me de doy cuenta de que efectivamente, suena a que todo es mentira. Tanto el tono de mi escritura, como la narración de algunos sucesos, tienen ese punto excesivamente literario, que sin duda guardan más relación con el mundo de la ficción que con lo que podríamos esperar del blog de una puta. En fin, qué se le va a hacer. Entiendo que en el mundo de los blogs es muy difícil verificar lo que en ellos se cuenta, y más aún cuando los autores se ocultan tras pseudónimos y escriben escondidos en sus madrigueras. Internet es la mayor fábrica de mentiras del mundo, la más prolífica y la menos rigurosa. Cualquier persona se convierte en editor de sus propios desvaríos. Es estéril intentar convencer a ningún lector de nada, por lo que a vosotros respecta, podría ser un taxista nocturno de Zaragoza, que se dedica a escribir la vida de una puta que él mismo se imagina, o incluso podría ser un cura desengañado, un ama de casa que se aburre, un banquero a punto de jubilarse... Podría falsificar mi historia para que las verdades que parecen mentiras, fuesen sustituidas por mentiras que parecen verdades, pero ni quiero convenceros de nada, ni me importa que me crean o no me crean, y lo que es peor aún, no tengo talento ni imaginación para la ficción. Tengo que conformarme con describir mi vida , narrar mi propia experiencia y hacer reflexiones sobre ella: si a alguna persona le resultan útiles o amenas mis reflexiones, será una gratificación adicional al desahogo que me produce poder contarme a mí misma abiertamente, poder hablar de lo que nunca puedo hablar con nadie, que es de mi faceta de puta. Por supuesto, podría hablarlo con mis clientes, ellos lógicamente saben que soy puta , pero bastante hago vendiéndoles mi cuerpo y mi tiempo, como para encima darles un pedazo de mi alma. Prefiero, sinceramente, que piensen que soy tonta y que no tengo nada en la cabeza, más que la marca de los zapatos que me compraré con su dinero.

Me encanta escribir, me sienta bien, lo hago casi con compulsión, pero al contrario de lo que supone este anónimo que me acusa hasta de ser un hombre, no tengo una imaginación novelesca, y eso que no he hecho otra cosa desde que tengo 12 años que tragarme novelas e imaginarme dentro de ellas. Siempre he escrito diarios, y sobre todo poesía, pero eso es algo de lo que os voy a librar, porque no hay nada que más vergüenza me dé que mis propios poemas.

Noto en el usuario anónimo, y en las primeras líneas del diácono Maurice, que pensaba que yo era un "pseudopersonaje", una resistencia a creerse que haya putas que leen, escriben, manejan internet, hablan de libros y le dan a todo este tonillo algo pedante, o literario... No sé qué decir, yo tampoco conozco a muchas putas, así que no sé hasta qué punto resulto un ser inverosímil. Supongo que ésta es la consecuencia de haberme creído siempre un personaje de novela, como explicaba en mi post anterior. Al final me cuento a mí misma y narro mi vida o por lo menos, la vida de mi conciencia, desde esa deformación de quién intenta sublimar un modo de existencia radical a través de una mirada literaria. Le pasa a Herr Peter, como habréis visto (su link al final del post anterior), y en cierto modo, aunque de manera más fresca y mucho menos pedante que la mía, le pasa a otra famosa ciberputa, Miriam Blasco, coautura de yoputa, que acaba de abrir ahora una "blogonovela" sobre la vida en un club de alterne. ¿Qué sería de las putas sin la literatura? ¿Qué sería de la literatura sin las putas? Desde la Biblia hasta Truman Capote, todos necesitan meter en sus páginas a una mujer que vende su sexo para contar una buena historia.

sábado, octubre 28, 2006

UN CONSEJO: MÁS TELE Y MENOS LIBROS

A Don Quijote, como todo el mundo sabe (o dice que sabe) los libros de caballería le hicieron perder la cabeza. Los leyó una y otra vez hasta que se los creyó, y su propia locura consistió en suplantar la lógica, la moral y las convenciones de este mundo, por las de aquellos libros en que había peligrosas aventuras a la vuelta de cada esquina, donde ogros y gigantes secuestraban a princesas, y los hombres eran héroes incorruptibles, por encima de las debilidades de los hombres presentes. Os copio un pasaje que siempre me ha encantado, en el que Don Quijote, perdido en la noche, por un bosque oscuro, se estremece a cada ruido, pensando que es el comienzo de una peligrosa hazaña y dice:

(...) yo nací, por querer del cielo, en esta nuestra edad de hierro, para resucitar en ella la de oro, o la dorada, como suele llamarse. Yo soy aquél para quien están guardados los peligros, las grandes hazañas, los valerosos hechos. Yo soy, digo otra vez, quien ha de resucitar los de la Tabla Redonda, los Doce de Francia y los Nueve de la Fama, y el que ha de poner en olvido los Platires, los Tablantes, Olivantes y Tirantes, los Febos y Belianises, con toda la caterva de los famosos caballeros andantes del pasado tiempo, haciendo en este en que me hallo tales grandezas, estrañezas y fechos de armas, que escurezcan las más claras que ellos ficieron.

Hoy en día, aún sigue existiendo quien termina habitando un mundo deformado por lo literario. A mí me pasó. Pero no fueron libros fantásticos, de romance y aventura, ni subproductos para la evasión, sino libros en donde pensé que encontraría, a modo de revelación, las claves para desenmascarar a la sociedad y a los hombres, esos libros que se alzan como torres en la biblioteca de una adolescente con veleidades intelectuales, y que ponen a nuestro alcance las dolorosas verdades sobre sexo, amor, dios, familia, etc... que siempre creímos que nos estaban siendo ocultadas para que dirigiéramos nuestros pasos por caminos más fáciles. Diario de un Ladrón, Viaje al Fin de la Noche, Bajo el Volcán, El Sótano, Filosofía en el Tocador, El Ocaso de los Ídolos, Las Flores del Mal, Una temporada en el Infierno... qué larga lista de tópicos. Los veo en mi biblioteca y me río de mí misma. Sí, yo también me leí mi buena dosis de libros de caballerías, y parte de mi condición de prostituta se los debo a una aproximación muy adolescente a cierta literatura de enaltecimiento de lo maldito. Una se leía un libro de Nietzsche, Sade o Celine, y ya se creía más lista que nadie, y a cada libro, se hacía más pesada la carga de vanidad intelectual y moral. Sentía que tras las grandes ideas con las que nos nutren desde niños (esas que os he enumerado, Dios, el amor, la familia, la igualdad, la democracia...) sólo yo había alcanzado a ver a través de ellas las mentiras que a los demás se les ocultaba. Todo me era lícito, porque creí que en mis manos estaban ya las herramientas del pensamiento con las que se construyen y se desmontan los mecanismos de la culpa o del deseo. Todo sentimiento desagradable podía ser reducido con la razón, ¿por qué no iba a ser puta? ¿Realmente es peor que ser secretaria, o profesora o documentalista, abogada...? Siempre encontraba mil razones por las cuales cualquier actividad humana podría ser medida en términos de humillación e indignidad con la prostitución. ¿Por qué ser indigna por 10 euros la hora cuando se puede ser indigna por mucho más dinero? Y lo del sexo no eran más que escrúpulos judeocristianos sin fundamentos lógicos, de los que una debía liberarse, para llegar a la libertad total y absoluta de disponer del cuerpo sin prejuicios, sin culpas, sin más normas que las de la naturelaza, que son las únicas sabias, y que sólo nos pide que sobrevivamos. He de confesar que siempre me he sentido muy superior a las demás mujeres por poder hacer lo que hago, y muy superior al común de los hombres por el poder que el sexo me otorga sobre ellos. Me leo y me doy asco, no es más que un discurso de la arrogancia. Pero sí que pienso que quienes como yo, nos hemos refinado hasta el punto de haber superado cualquier escrúpulo sexual, y que para poder ser libres hemos profanado todos los tabúes y sacralizaciones del sexo (la sacralización de la virginidad, la vinculación del sexo al amor, o la anatemización de la sodomía), estamos de nuevo vacías, vacías de valores ridículos, de dogmas que constriñan nuestra relación con nuestro propio cuerpo, de supersticiones represoras que nos atormentan toda la noche por una caricia recibida por un extraño. Ese vacío del que hablo, que es toda una conquista espiritual, se siente como un abismo interior en donde todo cae y se pierde en la oscuridad, sin dejar rastro. Tanto el amor, como el deseo. He tenido que destruir muchas cosas dentro de mí misma para poder ser como soy ahora, y sólo ahora me doy cuenta que realmente no construí un pensamiento para ser así, si no que bastó con destruír lo que me habían instalado dentro. Por eso siento, como decía Ululatus Sapiens en su comentario, que realmente, la gente vacía como yo es quizás la que mejor situada esté para volverse a llenar de algo, esta vez de algo elegido.

Me impresiona mucho otro blogger que creo que también ha caído en fascinaciones por lo maldito de la misma manera que yo, sólo que desde el sexo contrario. Se hace llamar Herr Peter y os enlazo su blog que es una colección de desventuras de caballerías quijotescas, pero a lo moderno. Un antihéroe romántico que ensalza su vida de putero, bebedor, aficionado a las armas y con algún guiño a la estética nazi. Merece la pena leerlo, porque la calidad de la narración y de las descripciones es bastante alta. Una no deja de tener la sensación de haber estado antes ahí, en lo que Herr Peter escribe, de la mano de Jean Genet, Celine o Malcolm Lowry... Supongo que será otro colgado de la literatura, que como yo se la creyó demasiado, hasta que se convirtió en un miserable personaje de los mundos de oscuridad que tanto nos gustó leer, como yo también lo soy. Todo menos ser hipócrita.

viernes, octubre 27, 2006

DE PUTAS, FARISEOS Y HOMBRES BUENOS

Hoy no curro. Hice dos trabajillos por la tarde, pero he cerrado el chiringuito rápido porque me ha venido la regla. Otras curran con la regla, siempre hay métodos para contenerla, pero a mí no me gusta. Me duran poco, tres días, a lo sumo cuatro. Así que no curro esos días y ya está. No gano mal, me puedo permitir esos descansos.

Me había propuesto hoy contar mis experiencias con los curas. No follando, porque supongo que si alguna vez he tenido un cliente cura no me lo habrá dicho. Lo que sí he tenido es un cliente muy raro que me pidió que me disfrazara de mujer del Opus Dei. Cuando te piden hacer cosas que se salen de la norma, siempre se puede negociar el precio del trabajo a la alta, y en este caso, el tipo estaba absolutamente entregado a su fantasía, en ese punto donde ya se ha recorrido en la mente el camino del deseo hasta que no hay retorno posible. Les pasa a los deseos como a los aviones, que cuando ya han acelarado demasiado en la pista de despegue, si no remontan el vuelo, la pista se acaba y se estrellan, pues ya no les queda recorrido para frenar. Este señor en cuestión, no sólo quería que me disfrazase, tenía que actuar como una mujer del Opus, y el juego consistía en que él me pervertía, y me hacía chupársela hasta que se corría, mientras él hacía un rosario. Después de correrse, el tipo salió corriendo, angustiado de vergüenza y supongo que también de culpa. No me dejó ni quitarle el condón, se lo llevó puesto con tantas prisas que tenía por abrocharse el pantalón y largarse de la escena del crimen (no hago francés natural, pero aún con condón, los hombres me dicen que les encanta como la chupo). El caso es que el tipo planeó con bastante antelación toda esta escena. Primero me compró la ropa, me dice que es igual que la que se pone su hermana, que debe de ser numeraria del Opus. Teníais que verme con unas faldas hasta los tobillos, unos leotardos bien gruesos, los mocasines de mujer negros, sin lustre, una blusa de manga larga atada hasta el cuello y una cadenita con la imagen de la virgen que me pidió que me pusiera y que luego se llevó antes de salir corriendo. Lo mejor de todo, es que me pidió que me peinara como su hermana, y me enseñó una foto de ella en una cita previa, para que tuviera el mismo pelo cardado, horrible. Por esto si que le hice soltar bien de pasta, porque fue un auténtico atentado contra mi pelo. Tanto es así que ese día no pude recibir a más clientes hasta volver a la peluquería. El tipo, en esa cita previa donde me dio el guión de su fantasía, me pidió que me enterara de cómo eran las mujeres del Opus, para que actuara bien y diera el pego, y me entregó un libro, Camino, del tal Monseñor Escribá, el cura que se inventó esta orden, o secta o lo que quiera que sea. Mi cliente quería simular con mucho rigor una especie de violación o de abuso sexual hacia una numeraria (sospecho que hacia su hermana, que es lo más terrible), y por cómo iba vestido y su forma de hablar, su anillo de casado, su cadenita al cuello, me pareció que él también podría ser del Opus. En fin, esto último son elucubraciones.

El proceso de hacerme con el papel me dio pie a investigar un poco sobre el Opus, que es un mundo que no conozco más que de manera muy tangencial... Por supuesto no me leí Camino. Me bastaron unas páginas para darme cuenta de que era una lectura muy poco gratificante para alguien más interesado en la literatura que en la doctrina. Me interesa de manera muy aficionada y ligera, la teología y me he cepillado algunos libros sobre el tema en mis momentos de duda, y la verdad, este no tiene la fuerza ingénua, sencilla y llena de candor y emoción de un devoto como John Bunyan, ni la profundidad casi aterradora de un pensador cristiano como Pascal. Me pareció una estafa intelectual y espiritual, para hooligans de la religión. En vez de Camino, que poco puede enseñarnos sobre cuáles son los dejes, las afectaciones del habla y el gusto, y las inclinicaciones estéticas de los más recalcitrantes del Opus (pues a fin de cuentas, sólo se trataba de imitar la superficie de una numeraria, no su interior), me dediqué a buscar en la blogosfera, y encontré cosas muy interesantes y muy esclarecedoras a la hora de construir el personaje de la pobre numeraria que sería violada. Antes de machacar a nadie, quiero aclarar que en mi vida anterior, de provincias conocí a gente que guardaba cierta relación con el Opus, aunque no sé en qué grado. Siempre fue gente amable y bondadosa conmigo, y por tanto, no creo que ser del Opus le haga a nadie peor ni mejor, igual que tampoco creo que ser de izquierdas o de derechas, musulmán o hindú, tenga nada que ver con la talla moral de una persona. La gente siempre dice que tiene tal o cual valor, y que defiende tal o cual idea, pero en realidad, su talla moral sólo se puede comprobar en los momentos duros de la vida, en una guerra, en una enfermedad, en la ruina económica, en los momentos donde se precisa heroicidad. Todo lo demás no son más que cuentos que la gente se cuenta a sí misma, para sentirse mejor, o para formar parte de algo y huir de la soledad de nuestras conciencias... No nos perdamos en una digresión. Quería contar que me pasé horas leyendo blogs de gente del opus, y encontré a verdaderos energúmenos, que con sus opiniones cerradas y radicales, me hicieron hasta escribirles comentarios, que por supuesto nunca publicaron, pues en el fondo no son nada cristianos, y sus puertas están cerradas para las putas, los homosexuales y toda la gente sucia y pecaminosa que anda por ahí, lejos de su particular versión de Cristo. Quiero destacar dos, el primero es el de un cura que se llama Heliodoro Mira y que está más preocupado en predicar censuras, en definir en negativo los deberes del cristiano, es decir, diciendo lo que el cristiano no es, en vez de lo que es, poniendo más énfasis en lo que no se debe hacer, que en iluminar... Por prohibir, este señor hasta censura el yoga, proyecta una mirada suspicaz a una práctica que tan sólo va encaminada a hacernos mejores personas, o por lo menos, según yo lo entiendo, a mantener el cuerpo sano. Me parece casi como estar en contra del pilates o de la gimnasia rítmica, es una persecución producto de una mirada casi paranoica hacia lo que tiene un origen en otro contexto religioso... una visión empobrecedora de la religión que no trata de ser inclusiva, sino que trata de mantenerse pura de la contaminación del cristianismo por elementos extraños, y que declara con una seguridad pasmosa las cosas que no se puede practicar entonces, sin comprometer la ortodoxia de la práctica cristiana, como si el catolicismo no fuese una amalgama de religiones, de espiritualidades y de liturgias, que como estratos que se amontonan, han ido elevando la montaña desde donde pretendemos entender las estrellas. También le gusta a Don Heliodoro certificar la impureza y la perversión de la homosexualidad, que en mi opinión, es como condenar a un zurdo por ser zurdo, pues nadie elige ser homosexual y no se puede corregir. Si es verdad que Dios nos hizo, y que por tanto, Dios hizo así a los homosexuales y no les dejó elegir su propia condición, entonces, qué pretende decir este señor ¿que Dios se equivocó en su diseño?

El segundo blog que me sorprendió, es el de un postadolescente, embebido de soberbia, que con 22 años se dedica a resolver cuestiones morales y a dar consejos sobre la vida del alma, ese recinto infinito lleno de recovecos que sólo los más osados se atreven a explorar, y sólo los más sabios saben cartografiar, alma que a juzgar por cómo se describe a sí mismo este chico, ni conoce, ni ha escarbado ni se ha atrevido a sumergirse en sus profundidades y contradicciones. En su perfil, nuestro pequeño guía moral, en vez de describirse a sí mismo en términos personales, no hace más que enumerar sus múltiples títulos académicos para cubrirse de auctoritas y coronarse con el aura de la academia, que es desde donde se aupa para hablarnos, arrojándonos textos y montañas de vínculos que nos refieren a todos los puntos cardinales de del dogma. Por otro lado, quien por su alta talla como académico debiera estar abierto a cualquier contienda dialéctica, no permite la disidencia en su página, y a pesar de que invita a que se le hagan todo tipo de consultas, él sólo selecciona aquellas en las que se puede lucir bien como exégeta de textos oficiales del movimiento, como cristiano que pone la otra mejilla ante una crítica fácil o como cheer-leader de alguna persona que ha tomado alguna decisión radical con respecto a la religión. El chico se llama Antonio González, y su blog se titula "soy numerario del Opus Dei", su perfil, como contaba, reza así:
Tengo 22 años. Soy numerario del Opus Dei. Y estoy muy contento de serlo. Tengo una web con recursos variados y un blog que responde preguntas sobre el Opus Dei. Por lo demás, mis actividades son diversas. Se puede decir que estoy pluriempleado. Mejor, así aprovecho más el tiempo, que pasa muy rápido. El pasado septiembre acabé la licenciatura en Ciencias Físicas, y ahora estoy haciendo un doctorado sobre Física. Por las mañanas, aparte del doctorado, me dedico a estudiar Ingeniería Industrial. Estoy en tercero. He ido haciendo las dos carreras simultáneamente, pero últimamente me he centrado más en la Física. De todas formas, lo más interesante –lo que a mí más me gusta- llega por las tardes: trabajo en un club juvenil, con un gran número de socios desde 5º de Primaria en adelante.
Os animo a que le echéis un ojo a su página, porque os aseguro que os vais a reír, y mucho, ante la colección de personas desorientadas que acuden a este dudoso oráculo. En particular, yo disfruté mucho de la siguiente entrada que copio para divertiros un poco, mostrándoos la punta del iceberg:

Tengo 16 años y soy de un pueblo de la provincia de jaén.
Soy cristiano muy practicante.

Por muy curiosidad entre en una entrada de un buscador sobre la mortificación y entre en tu bloog (Por cierto muy interesante) y leí tus palabras sobre el tema.
En ellas leí que utilizabas las disciplinas y el cilicio.
Aunque soy joven he estado tentado de utilizarlas varias veces , unque nunca lo he hecho , primero por que no estaba del todo combencido , segundo por que no he tenido los medios necesarios.
Me gustaria que me contaras tu esperencia con los instrumentos de mortificacion.
Me gustaria que me detallaras mas o menos el dolor que producen las heridas y eso.
No creas que te lo pido por masoquismo.
Como te digo he estado tentado de utilizarlas.
Me gustaria ademas que me contaras los bienes espirituales recibidos por estas practicas.

Te agradezco de antamano tu informacion.
Un Saludo.
Como Internet tiene la capacidad de interrelacionarlo todo y crear comunidades de pensamiento que cruzan océanos y fronteras, pronto fui encontrando a otros curas y religiosos que volvieron a devolverme la fe en que en la Iglesia, o por lo menos, en los confines de la Iglesia, siempre hay hombres buenos que como Jesús, no se asustan de nadie, no cierran las puertas a nadie, ni las del alma, ni las del blog, y que saben escuchar, que dejan que otros sean quienes juzguen, y que en vez de predicar con censura y soberbia, lo hacen con amor y con ilusión. Lamentablemente estos curas, cada vez más, están en los extremos de la cristiandad, en la periferia de la Iglesia, perdidos en una remota comunidad. Pero un poco de su luz basta para que los Heliodoromiras y los Antoniogonzalez se queden en simple anécdota, y para que la gente que como esta puta cínica e irredenta que os escribe, que necesita saber de cuando en cuando, que hay gente buena, nos acostemos tranquilas sabiendo que los buenos no han sido todos derrotados. En ese viaje por la web, encontré al Padre Cristian, de Concón, Chile, y al Diácono Maurice, de Playa Ancha. Curas humildes, con sus pequeñas parroquias, allá en el fin del mundo, de cara al mar, sin protagonismos, sin grandes pronunciamientos, sin pretensiones... Quién pudiera sentir a Dios dentro de sí, como deben de sentirlo ellos. Aunque yo no creo, o no sé si creo, me reconforta el pensar que si me leyeran, rezarían por mí.

jueves, octubre 26, 2006

DEJO DE TENER ANUNCIOS

Gracias por el interés mostrado en AdSense de Google. Tras revisar su
solicitud, nuestros especialistas han comprobado que no cumple las
políticas de nuestro programa, por lo que de momento no podemos
aceptarla. A continuación detallamos las razones que han motivado el
rechazo de su solicitud:

- Contenido no apto para menores


Pues eso, que dejo de tener anuncios... así de rápido.

ANUNCIOS EN MI BLOG

Acabo de poner anuncios en mi blog. Así a lo mejor me pagan por enseñaros un pedacito de mi alma... Las putas sólo nos desnudamos por dinero, estaría perdiendo facultades si no intentara cobrar por este acto de exhibicionismo.

miércoles, octubre 25, 2006

Fugir pra bem longe e outro lugar

Siempre me ha animado la versión del "another star" de Stevie Wonder que hace Salomé de Bahia y que se titula Outro lugar. La he encontrado en una página de por ahí y os pongo el link. La letra es diferente que la de Stevie, y empieza con una voz cargada de la energía que inyecta en cualquier frase, por frívola que sea, el espíritu brasileño: "Fugir pra bem longe e outro lugar..." Huir bien lejos y a otro lugar. Lo que sigue es una letra muy ramplona, pero en la música brasileña el mensaje está en la forma no en el contenido, y la profundidad está desplegada sobre la superficie de las cosas, de manera que el que intenta penetrarlas se encuentra con que no hay nada debajo, ni más allá, está todo en el primer golpe de voz, no en lo que la voz dice, en la repetición constante de unas palabras que suenan bien cuando las transporta una melodía: fugir pra bem longe e outro lugar... y que se nos cuelan en cada extremidad hasta que las oímos con los músculos, no con la mente. Los músculos responden a la voz, y dejan que la mente se olvide de las palabras. Huir, bien lejos y a otro lugar. Me encanta tener esa frase casada a una melodía a la que mi cuerpo no puede resistirse, me lo canto a mí misma de vez en cuando para recordarme que siempre lo puedo hacer, huir bien lejos y a otro lugar.

El otro día, en una cena a la que me llevó un cliente bastante cultureta, se discutía sobre qué época de la historia les hubiera gustado visitar. Uno de ellos defendía con absoluta certeza, y con ese tono del que piensa que todos los demás están equivocados y merecen ser interrumpidos porque no saben de lo que hablan, que la Atenas de Sócrates era sin duda el momento más fascinante que la Humanidad ha producido. Otro le decía que el Paris de los años 20, o la Inglaterra de Shakespeare eran más interesantes, había uno con una fijación por conocer la conquista del Oeste de los Estados Unidos, porque decía que nunca había soñado tanto como de pequeño con las películas de vaqueros... luego nos preguntaron a las chicas dónde iríamos. Yo pensé que a ninguna parte, me quedo en mi época, y si acaso, viajaría al futuro. Las mujeres, al contrario que los hombres, podemos decir que cualquier tiempo pasado fue peor. El pasado no ofrece lugares ni espacios para que perdamos el tiempo con fantasías de viajes en el tiempo, eso claramente es un pasatiempo de la imaginación masculina.

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Y ahora voy a contestar a un cuestionario de esos que se manda la gente por mail y que suelo borrar directamente. Lo hago por deseo de una gran persona a la que no conozco y que desde un rincón de Chile escribe un blog que os recomiendo... En ese blog, él mismo respondía este cuestionario y pensaba que quizás nadie lo respondiera de entre aquellos a los que les había ofrecido estas respuestas. Me dio pena pensar que estaba solo, o que escribía en el vacío...


1. ¿Que hora es?: 11:54
2. Nombre?: Zingua (pseudónimo, claro está)
3. Cuándo es tu cumpleaños? : Eso no se pregunta
4. Signo Zodiacal? : No creo en el zodiaco.
5. Donde vives?: Ahora, en Madrid
6. Tatuajes?: lo tuve y me lo borré
7. Estuviste enamorada? creo
8. Estas enamorada: No lo sé.
¿y la 9.?
10. Amaste tanto a alguien como para llorar?: Lloré, pero no sé si de tanto amor o de tanto orgullo…
11.Estuviste en un choque de autos: sí, pero no fue mi culpa...
13. Completos o Hamburguesas? : no sé qué son los completos
14. Pepsi o Coca cola?: gin tonic
15. Cerveza o vino: Primero una cerveza, luego el blanco y terminamos con el tinto
16. El vaso mitad lleno o mitad vacío? : con que haya algo dentro, me basta
17. Edad: x
19. Número favorito? : 3
20.- Tu mascota favorita? : perro labrador
21. Tipo de música? : la que me mueve y la que me conmueve
22.- Tu actriz o cantante favorito: Lauren Baccal, Sarah Vaughan, Fernanda de Utrera
23.Flores: Amapolas rojas, blancas y violetas
24. Tema de conversación? : que me haga reír o que me haga pensar
25. Disney o Warner ? : independiente
26. Restaurante o comida rápida? : Restaurante
27. Cuando fuiste por última vez al hospital: hace mucho
28.- Tu amor platónico: todos mis amores son platónicos
29. Cómo te ves en diez años?: no me veo
30. De quién recibiste este email? : de un blogger sacerdote
31. Quién de tus amigos esta más lejos?: Los que no saben a qué me dedico...
32. Quién piensas que responderá este mail más rápido? : Nadie, no es un email
33. Quién piensas que se tardará más en responder? : Nadie escribe en mi blog
34. Que cambiarías de tú vida? : nada
35. CD preferido? : conciertos de piano nº5 de Beethoven
36. Mejor sentimiento? : La honestidad.
37. Lo primero que piensas cuando despiertas?: Qué voy a desayunar hoy
38. Las tormentas te gustan o te asustan? : Me gustan
39.- Tu lugar favorito : un acantilado junto al mar
¿y la 40.?
41. Que hay en las paredes de tu habitación? : libros, música y fotos
42. Escribe algo a la persona que te envió este mail : gracias por no asustarse de mí
43. Nombra la persona que tal vez no te conteste? : no la conozco
44.- Tus mejores amigos : me dejaron, luego no eran tan amigos
45. Quien te gustaría que lo respondiera? : me da igual
46. Deporte favorito?: para ver, fútbol, para practicar, esquí
47. Tímido(a) o extrovertido(a)? : Timida fingida
48.- Tus mejores amigas : las de la infancia
49. Tu apodo? : el que yo me he puesto
50. Que te gusta que te regalen: cosas que me sorprendan
51. Que no te gusta de ti? : demasiadas cosas, empezando por mi pelo
52. Te gusta leer? : mucho
53. Hablas algún idioma? : español, inglés y portugués
54.- Una anécdota? : para eso tenéis mi blog
55.- Has sufrido una decepción : me protejo de ellas esperando lo peor de la gente
56. Coleccionas algo? : zapatos
57. Tienes alguna fobia? : a las arañas
58. Tu programa de TV favorito? : The Office
59. Frío o calor? : calor
60.- Tu pelicula favorita? : prefiero las novelas
61. Equipo? : me delataría, es un equipo de provincias
62. Manda un mensaje a todos tus amigos: para qué, no lo van a leer
62. Que harías si mañana fuese el fin del mundo? : robar en Prada y probar la heroína
63. Que admiras? : A la gente recta
64.- Nombre de tu primer enamorado (a): lo siento, no quiero delatarme
65.- Qué le regalarias a tu mejor amigo : algo que me gustaría tener
66.- y a tu peor enemigo ?: nada
67.- Una canción q te ponga triste : "Wild is the Wind" de Nina Simone
68.- Una q te alegre : cualquiera Brasileña
69. ¿que hora es?: 12:14

sábado, octubre 21, 2006

CEGUERA

Sábado por la mañana. Esta noche tengo trabajo, con el ciego. De vez en cuando me llama. Está casado, y no siempre ha sido ciego. Fue un accidente de coche, le saltó el airbag en la cara y le clavó los cristales de sus gafas de sol. No debería escribir estas truculencias en mi blog, pero en fin, que sirva de aviso porque según me cuenta le pasa a más de uno. Lo que me extraña es que se deje la pasta en mis servicios, porque cuando uno ya no ve, ¿qué más le da una puta de 30 euros o una de 350? ¿Qué más le da que sea guapa o fea, gorda o delgada? Siempre suspuse que en la ceguera, la belleza se construye con los sentidos que nos quedan, y al liberarse de la tiranía de la imagen, la posibilidad de resultar atractivos se multiplica: basta una voz bonita, un cuerpo suave al tacto y un olor agradable para resultar tan atractiva como la que más. No está la vista por ahí para bajar puntos y rebajar el atractivo de una persona, tan sólo porque una nariz tiene medio centímetro más de la cuenta, o porque el color de los ojos es demasiado vulgar, los pechos tienen un poco más de caída y las aureolas son demasiado grandes y oscuras, el labio no es lo suficientemente carnoso... pequeñas desviaciones milimétricas hacen que un rostro deje de ser armónico y bello, y al final nos condenamos a una cantidad tan grande de restricciones a la hora de buscar el placer de la contemplación de la belleza, que parece preferible ser ciego para el sexo. Tantas personas que no nos gustaban se harían bellas, sólo por virtud de esos atributos más profundos e íntimos que la vista desprecia en la distancia y la inmediatez con la que recoge sus datos, y que sólo el oído, la nariz, la boca y las yemas de los dedos pueden sentir.

Pues bien, todo esto que pensaba de la ceguera es falso en el caso de mi cliente de esta noche. Él sigue prefiriendo a las chicas que los que pueden ver calificarían como guapas, o más bien "que están buenas." Perdonen mi falta de modestia al respecto, pero para qué iba a mentir, a fin de cuentas sé que soy guapa y trafico con mi cuerpo por ello mismo. Mi cliente dice que hay algo inteligible, que puede intuirse sin la participación de los sentidos, en la belleza física de una mujer. Él lo nota, sabe cuando está con una mujer guapa y cuando está con una fea. Siempre me cita, para explicármelo un poema de Ezra Pound que se sabe de memoria y que acabo de encontrar en internet, así que os lo copio para los que sepáis inglés (no me atrevo a traducirlo, no sea que meta la pata):

Tame Cat

It rests me to be among beautiful women
Why should one always lie about such matters?

I repeat:
It rests me to converse with beautiful women
Even though we talk nothing but nonsense,

The purring of the invisible antennae
Is both stimulating and delightful.

martes, octubre 17, 2006

Tatuaje

Hoy me he quitado el tatuaje. No especificaré más, sólo añado que no era muy grande. Me pasé mucho tiempo pensando en qué tatuaje hacerme y en dónde ponérmelo, aunque ahora ya no me gusta nada. No quería que mis padres me lo vieran. Entonces vivía con ellos, y son de los que piensan que una no debe hacer algo que le marque para siempre. Hazte lo que quieras en el pelo y vístite como quieras, pero nunca te pongas ni pendientes en sitios raros ni tatuajes. Nada que no te puedas borrar. Eso dice mi madre. Siempre he pensado que era una estupidez: todo lo que hacemos deja huella en nuestro cuerpo, el que fuma se tatúa machas y arrugas en la piel, el que bebe se tatúa la nariz de pequeñas venitas rojas, el que se pasa el día comiendo solomillos, termina con un flotador de grasa atado al cuerpo... Estamos llenos de tatuajes, la vida no deja de amontonar pruebas de lo que en realidad somos sobre nuestra piel, nuestras manos, los ojos, los dientes. Y la verdad, dentro de lo que cabe, el tatuaje de una adolescente estúpida se termina borrando por rayo láser, otras cosas son más difíciles de disimular. Por ahora, todo me resulta fácil de disimular, nada indica que soy lo que soy, hasta que yo quiera mostrarlo. No me engaño, estoy convencida de que un día la piel termina por delatarte sin ninguna posibilidad de disimulo, tu vida entera se queda escrita ahí. No hay más que mirarle a la cara a la gente a partir de los 50. Las putas de 50 tienen cara de putas.

lunes, octubre 02, 2006

De cómo me hice puta

¿La puta nace o se hace? Así puesto, la pregunta resulta hasta graciosa. Yo diría que todas nacemos putas y putos, y que es la educación la que construye diques de contención para frenar esa inclinación natural del cuerpo a venderse por un precio. Yo jamás pensé que iba a ser puta, como cualquier otra niña, soñé con ser médico, bailarina y profesora. Ni siquiera cuando empecé a meterme en esto pensaba que era puta. Eso es algo de lo que me di cuenta mucho después de haber iniciado este camino, concretamente, el día que vi mi anuncio, con la tarifa de mis servicios, en internet. En ese momento, me puse en la mente de un cliente, y me observé a mí misma desde el punto de vista de alguien que lee anuncios de relax, y traté de evaluarme como producto, me comparé con otras ofertas, otros precios, otros cuerpos, otros textos de incitación al cliente, otros nombres falsos… mientras me observaba a mí misma como mercancía sexual, me di cuenta de que ya era, a todas luces, una puta. De todas formas, no sientan pena por mí, yo no me tengo ninguna lástima por haberme despertado un día frente al hecho de que soy una puta consumada. Antes pensaba que no teniendo un anuncio, o no ofreciendo determinados servicios de naturaleza más escabrosa (griego, etc…), no era yo una puta con todas las letras de la palabra, y de hecho, estaría bien definir en qué momento una persona se convierte irremisiblemente en puta: si es la primera vez que cobra, o es la primera vez que se mira a sí misma como puta. En el fondo, es una cuestión de quién decide cuándo una es puta, ¿lo eres cuando la gente te identifica como tal, o lo eres cuando tú misma te das cuenta de ello?

Es difícil decir cuándo fue la primera vez que cobré por un acto sexual. Una siempre recibe algo a cambio de su propio sexo, sobre todo, si es una mujer muy atractiva. A mí siempre me han deseado, es fácil de ver eso en los ojos de los hombres, una mirada que va un poco más allá de sus palabras, que resulta más intensa que el resto de su expresión… me pasaba ya en el colegio con los profesores. Me explicaban un problema de matemáticas, o cómo saltar el potro y me dedicaban una atención especial, y no les importaba repetirme una y otra vez cómo hacer bien lo que hacía mal, y tenían una paciencia inusual si la comparaba con el tiempo que dedicaban a los fallos de otras compañeras más feas. Y los niños, poco a poco, iban despertando al poder de mi sexo y de su propio deseo. Me llevaban en moto los mayores, por estar más cerca de mí. Me dejaban entrar gratis en todas las discotecas. Me regalaban las consumiciones. Me invitaban a tres o cuatro fiestas cada viernes y cada sábado, y yo notaba que había muchos chavales del cole que no se decidían a dónde ir hasta que yo no lo hubiera decidido. Los primeros pasos en el camino de la prostitución los da una ciegamente a esas edades, cuando te das cuenta de que la naturaleza te ha provisto con una mercancía especial para el trato con la gente, una mercancía de naturaleza transitoria y caduca, la belleza corporal, que todo el mundo busca contemplar ansiosamente, y cuya imagen proporciona una felicidad proporcional al grado de cercanía que les ofrezcas.

La primera vez que hice un servicio de puta, es decir que cobre dinero por sexo, fue por error. Por una confusión. Me había ido a vivir a Madrid para empezar en la universidad, y vivía en un piso de estudiantes compartido con otras chicas de mi región. Para sacarme un dinerillo extra, trabajaba de manera esporádica para una empresa de organización de eventos, como azafata en todo tipo de congresos. Como era de las más guapas, me reservaban para el trato directo con gente importante, ponentes de conferencias, invitados internacionales con categoría de VIPs, etc… Una vez, trabajé en la inauguración de una exposición cultural que había organizado una embajada europea. El organizador estaba preocupado porque el ponente principal, un famoso escritor (por lo menos yo sabía quién era y tenía un libro suyo en casa), no contestaba al teléfono, no cogía llamadas en el hotel y en general, no daba signos de vida… Yo me ofrecía a ir a por él, pues la verdad, me daba cierta curiosidad conocer a este señor, y además hablaba bien su idioma. Cuando llegué al hotel, el recepcionista me dijo que el tal escritor me esperaba en su habitación. Me extrañó, porque ni si quiera se nos había puesto al teléfono. Una vez en la habitación, llamé a la puerta y me abrió sin problemas ni preguntas. El escritor estaba en bata y me debió de confundir con una escort que había encargado por teléfono, y nada más pasar, sin mediar palabra alguna, él me puso un fajo de billetes en la mano. Yo los cogí sin saber de qué se trataba, y él empezó a besarme el vientre. Le dije que se estaba confundiendo, y que venía a recogerle para la inauguración del evento. El tipo iba un poco borracho (y quizás drogado), y me dijo que le daba igual, que pagaba igual por estar conmigo. Yo miré el fajo, no contesté, el tipo inició un camino de besos desde mi vientre, hasta el pecho. Me guardé los billetes y me dejé tocar, friamente. No sabe muy bien por qué lo hice, pero de repente, hasta me pareció excitante tener a mis pies a una eminencia. Ésa fue la primera vez.